En nuestra labor diaria, nos dedicamos a rescatar alimentos que, aunque han salido del circuito comercial, están perfectamente aptos para el consumo. Estas donaciones provienen de industrias alimenticias, productores agropecuarios y supermercados que, conscientes de la importancia de reducir el desperdicio, nos brindan su apoyo.

Se trata de productos con fechas de vencimiento próximas, excedentes de producción o incluso errores en el envasado, que, a pesar de su pérdida de valor comercial, mantienen su calidad nutricional.

Nuestro enfoque no solo se centra en rescatar alimentos, sino también en darles un nuevo propósito. A través de campañas de recaudación de fondos, adquirimos alimentos que no recibimos por donación, asegurando así que podamos ofrecer una variedad suficiente para satisfacer las necesidades alimenticias de miles de personas cada día.

Estas acciones se llevan a cabo en colaboración con organizaciones sociales que operan en toda la provincia de Santiago del Estero, permitiéndonos llegar a quienes más lo necesitan.

Cada kilo de alimento que distribuimos tiene un costo simbólico, que las organizaciones aportan. Este modelo nos permite sostener nuestras operaciones, abarcando desde el mantenimiento local y la logística de traslado, hasta la rendición de cuentas a través de un sistema de gestión riguroso.

Así, transformamos el desafío del desperdicio alimentario en una oportunidad para generar un impacto social positivo. A través de esta misión, no solo alimentamos cuerpos, sino también esperanzas, construyendo un futuro más justo y sostenible para todos.